Datos personales

jueves, 3 de septiembre de 2015

En memoria de Aylan Kurdi, el ángel sirio


La tragedia que tuvo lugar el pasado miércoles en la que fallecieron cinco niños sirios entre ellos Aylan Kurdi, el niño de tres años, cuyo cuerpo fue encontrado sin vida en una playa de Bodrum en Turkia, me hace pensar en lo poco que importamos los ciudadanos de a pie a los políticos que dicen deberse a la ciudadanía. En como pierden el tiempo en debates faltos de contenido que se quedan en los pasillos de los Parlamentos y que no están a la altura de los desafíos del nuevo milenio, entre ellos las migraciones de los países en conflictos bélicos, así como la erradicación de la pobreza y el hambre y fomentar alianzas mundiales para el desarrollo. Está claro que una persona que no vive como los demás mortales no puede entender sus necesidades y preocupaciones más latentes. Ahora bien yo me pregunto ¿ha tenido que perder la vida un ser indefenso para que toda la sociedad reaccione? No han faltado los políticos se han izado la solidaridad como bandera, pero en realidad las soluciones que ofrecen no son más que paños de agua tibia. Paliativos a una crisis migratoria que con este caso solo dejan ver la punta del iceberg. ¿Está Europa preparada económica, social e institucionalmente para asumir la cantidad de personas que han emigrado recientemente de países como Siria? Será bueno ver a nuestros representantes políticos en acción y no sólo una cara bonita o una mente llena de palabras que alegran a los votantes potenciales que una vez librada la contienda electoral como dice el adagio popular “el muerto al hoyo y el vivo al brollo”. Aylan, un ángel batallador que se atrevió en compañía de otros tantos como su hermano Galip a emprender un nuevo rumbo, se quedó a orillas de una playa esperando que la política mundial se pusiera de acuerdo en que hacer o no hacer con ellos y en esa lucha decidió remontar nuevas alturas, seguro que será más afortunado que los que vivimos en este planeta.