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jueves, 29 de octubre de 2015

A propósito de las declaraciones del amigo Franklin Nieves, fiscal acusador en el caso de Leopoldo López

Amigo Franklin supongo que Usted recuerda el caso de la jueza Afiuni ¿Cómo olvidarlo no? La llamada ‘Presa del Comandante’ una mujer que fue violada y humillada como profesional y como representante del Poder Judicial solo por cumplir con su trabajo, es decir, administrar justicia. Claro, no podemos dejar de lado el hecho de que en ese caso hubo dos fiscales que estando físicamente en el edificio el día del juicio no hicieron acto de presencia cuando este se llevó a cabo pero sí cuando a la jueza fue llevada al SEBIN, entiéndase Servicio Bolivariano de Inteligencia.
También recordará (me permito refrescarle la memoria) casos como el de Geraldine Moreno, la joven estudiante, asesinada brutalmente en Carabobo por agentes de la Policía Bolivariana, que en teoría se debe por y para el pueblo y cuyo caso se ha postergado por los siglos de los siglos amén, sin que los responsables paguen por sus actos (claramente no ha habido celeridad en el proceso en el que también se encuentran fiscales del Ministerio Público). Para quienes hemos tenido la dicha de conocer a su mamá en diferentes lugares del mundo y llorado escuchando sus testimonios, también hemos visto como su vida se ha resumido en luchar para que nada de esto quede impune.
Por lo dicho anteriormente amigo Franklin sus declaraciones me parecen patadas de ahogado. ¡Su actitud me carcome los huesos! A mi juicio Usted debería de ser enjuiciado por las autoridades americanas como aquel que es apresado en Venezuela, en estos momentos por robar algo tan simple como una Harina Pan para darle de comer a su familia, porque el modelo socialista (al que Usted se ha mostrado fiel) es un cadáver que apesta porque tiene días de muerto. Es vergonzoso y dantesco que un funcionario del pueblo se preste para tan viles fines. Yo le pondría el nombre de uno de los tantos libros que tuve en mis manos en aquel país de la abundancia, ‘El Venezolano Feo’.  
Haciendo gimnasia mental, supongo que su conciencia no le habrá dejado en paz, lo normal cuando a quien se ha privado de libertad es un padre de familia que pudiera ser Usted mismo, solo por citar un ejemplo emblemático. Pues dejando de lado de que Leopoldo es quien es, se ha convertido en el icono de los presos políticos del país. Pero no crea que con haberse plantado frente a una cámara libra su responsabilidad ante Dios y los hombres ¡No! Lo que pase con Leopoldo pesará sobre su conciencia ¿Si Dios es con nosotros quién contra nosotros?
No puedo permitir que personas como Usted sigan caricaturizando la imagen y los ideales de Bolívar, quien nos dio libertad de tiranos como los que ahora rigen el destino del país y menos como andina un pueblo que le proclamó Libertador. Ser o no ser amigo Franklin ese es el dilema.
Siempre lo he dicho nadie debe tomar la venganza por sus propias manos, pues el destino o mejor dicho la vida cobra a cada uno lo que corresponde tarde o temprano, de una u otra manera o lo que los hindúes definen como el karma. Un mecanismo para enseñar a los seres de humanos de este planeta llamado Tierra a no caer en los mismos errores de manera recurrente. A los hechos me remito ¿Cómo termino su querido Comandante?
Arriba amigo Franklin citaba a Rosa Orozco, porque muy al contrario que Usted, ella no se ha dejado amedrentar, no ha tenido miedo y defenderá la causa de su hija hasta que esta se esclarezca. Ella encarna lo que es un venezolano con valores y principios por encima de todo, al que nadie le compra su conciencia, tanto que algunas veces siento dolor ajeno. No una persona que mientras vivió a costillas de la gallina de los huevos de oro de la robolución no dijo ni pio, coloquialmente hablando.
¿Por qué hablar ahora desde el exilio? ¿Qué bien se vive mientras la vida de otros tantos se consume en una cárcel? Mientras que tienes a salvo la seguridad, la alimentación y el bienestar de tu familia. Yo misma me responderé: porque goza de protección una vez destapada la caja de pandora, porque le pesa el dinero que se ha gastado una madre (como lo es Lilian Tintori) viajando hasta la Conchinchina a entrevistarse con titiri mundi a fin de que pongan en libertad a alguien que quien mejor que Usted para decirnos tiene un expediente viciado desde sus inicios o porque le pesa haber destruido a una de tantas familias venezolanas.
Lo he creído y lo sostengo, ‘la casta’ (hablando en criollo, los revolucionarios más privilegiados) como dice el amigo Pablo Iglesias (pupilo del hoy difunto presidente Chávez) son como la galleta Oreo Rojo por fuera pero más americanos que nadie por dentro. Lo someto al veredicto de aquellos que lean esta carta. Nosotros amigo Franklin desde diversas latitudes del mundo seguimos luchando por la gente que valientemente decidió quedarse en un país que se lo llevó quien lo trajo, un barco a la deriva.
Por mujeres que como mi mamá han dicho “No mijita yo no me voy de aquí porque aquí tengo mis raíces, mi familia y mis amigos. No quiero ir a un país extranjero a empezar de cero otra vez” o por gente que presa de la inflación, la escasez y la inseguridad decidió poner punto y final a esa relación de amor-odio con Venezuela. 
Los que decidimos por una u otra razón salir del país, antes de que todo se volviera una novela de terror también hemos sido insultados, empujados, tildados de opositores, (para su cultura general hay pueblos de Europa que apoyan los ideales chavistas) pero seguimos poniendo las veces que sea necesario la mejilla por nuestra pequeña Venecia (que menos, no es nada en comparación a los que allí viven). Pues creemos que el cambio comenzará por reconocer al que piensa distinto, sin violencia, con razón y con conciencia.
La escritora del Tiempo entre costuras decía “La única manera de vencer nuestros demonios es plantarles cara”, tal vez en los Estados Unidos pueda conseguir el libro, ya sabe en Venezuela las librerías son una especie en peligro de extinción y pueda por internet tomar una sesiones de dignidad que le hacen mucha falta. Creo que por estos días no se puede tener la cabeza de adorno, como un mero objeto de donde cuelga el cabello. Pero más allá de eso asumir las consecuencias de las decisiones que Usted hizo que se desviaran de su rumbo. Buenas noches a los venezolanos y venezolanas de buena voluntad. Atte. La dignidad del pueblo venezolano.