El invicto ganador de las pasadas elecciones en los Estados Unidos, Donald Trump ha dado a través de su discurso una y otra vez muestras fehacientes de racismo y xenofobia, pero aparte de un largo etcétera de cosas, ha insultado al resto del continente del que la 'primera potencia' forma parte reviviendo el tema de la frontera con México.
Por si fuera poco, ha tenido la osadía de decir que el muro lo pagará su vecino el presidente Peña Nieto.
Yo como hispano hablante me pregunto pero ¿México no ha levantado el país del sueño americano con mano de obra barata? Ha sido uno de los pilares para el desarrollo de esta 'gran nación'. El hecho solo de asomar ese tema, muestra la ignorancia no solo de quien pronto ejercerá sus funciones como nuevo inquilino de la Casa Blanca, sino también el desprecio de muchos votantes por su gentilicio. Alguien que ha todas luces no tiene un equipo conformado de trabajo y menos políticas claramente definidas. Es aberrante desconocer a mucha gente que con su voto quiso escribir una nueva historia, hablo de muchas personas de clase media latinos y no latinos, asfixiadas por los recortes, quienes cansados de las promesas incumplidas de otras administraciones dejaron que esos pájaros que revoloteaban en su cabeza, como lo eran los mensajes enérgicos de los discursos del Magnate calara en sus cabezas. ¿Pero es que acaso su mujer no es inmigrante? Pues creo que él juega al rol de esa madre que como tiene el agua hasta la frente en casa, gira la cara para el otro lado, a fin de hacer la vista gorda de su realidad. Uno de los grandes retos de está administración precisamente es buscar un curso de acción para dar o no otros status a 11 millones de indocumentados. Esperemos que no comience un akelarre, si no que atendiendo a los principios de los 'Padres Fundadores' y de acuerdo a su primer discurso, un tanto edulcorado, Trump este a la altura de los retos que plantea llevar las riendas de un país como el que recibe.
