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jueves, 5 de noviembre de 2015

He terminado un Máster, me niego a trabajar de dependienta en un frutería

Imagen tomada de principiosalacarta.wordpress.com
Es el grito de guerra de muchos profesionales hipercualificados (si pudiera decirse de alguna manera a la gente muy preparada) que se niegan a volver a los trabajos que hacían cuando eran estudiantes de bachillerato o cuando cursaban sus estudios universitarios de grado o licenciatura. Todo esto después de haber invertido tiempo, esfuerzo físico y mental y como no dinero. 
Somos la generación mejor preparada de la historia y con todo y eso tenemos que empezar a hacer las maletas en búsqueda nuevos horizontes. La solución en el corto plazo, 'actualizarse' pues nunca me ha gustado la palabra 'reciclarse', me parece una manera peyorativa que tiene el sistema económico imperante para llamarnos objetos. Hacer cursos, para si así se quiere ponernos al día con las últimas tendencias de nuestro campo de conocimiento por el que tanto luchamos para obtener una cartulina, llamada título. 
Y es que precisamente esa es otra cosa, parece que hoy por hoy nuestra valía viene dada por las cartulinas que tengamos ya sea en idiomas; los fulanos perfiles lingüísticos y como no los Másteres sin los cuales parece que eres un profesional minusválido, vamos que cojeas de un pie, solo por nombrar dos casos de los muchos que existen; sin tomar en cuenta nuestras capacidades, actitudes, proyectos que es como realmente se puede constatar un exitoso desempeño profesional. 
¿Cuántos estudiantes de 10 no se han desempeñado bien en el campo laboral? y vicerversa. Por supuesto que también habrán estudiantes con menciones de Suma y Magna Cum laude que se lo merecen a punta de mucho sacrificio. 
Hace poco la hija de una gran amiga llamada Oihana, acaba de terminar su segundo Máster esta vez en Periodismo Multimedia, lo cierto es que después de estar tres meses haciendo prácticas remuneradas en un medio local importante, otra vez está en la calle y le ha dicho a mi amiga "ama ya se que el trabajo no deshonra, pero me niego a terminar de vendedora en una frutería" haré mis maletas y me iré a Latinoamérica. Mi pobre amiga desconsolada lo único que ha podido hacer es contactar a otra amiga que tenemos en México D.F para que guié a su hija en los primeros pasos que dará en esta nueva experiencia de vida, en la anhelada búsqueda del tesoro pérdido: poder trabajar en aquello para lo que estudió ojalá pueda cumplir su sueño y no tenga que regresarse a trabajar en cualquier para ganarse la vida.