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lunes, 2 de noviembre de 2015

Si no soy madre, soy un bicho raro

Imagen tomada de www.sdpnoticias.com
De paseo por las calles de Vitoria, en el País Vasco con mi amiga Susana, nos encontramos con sus suegros para tomarnos un café. Cuando llegamos al lugar de encuentro también se encontraba la esposa de uno de los primos del novio de mi amiga, llamada Mirta. ¿Un poco enrollado el cuento no? 
Bueno, sigamos. Mirta acaba de tener gemelos y se ha volcado totalmente en la maternidad. La historia es que acompañándola todos a su casa, para ayudarla con el coche de los niños y todos los enseres que llevaba, el suegro le comenta a mi amiga Susana "tendrás que ir practicando no, por decir algo". Acto seguido, mi amiga experimentó una metamorfosis e inmediatamente mirándolo a los ojos le respondió en un rapto de cólera "Yo por ahora nada, esa es una cuestión de cada pareja". Dicho lo dicho, hubo un silencio sepulcral durante todo el trayecto, incluso un ambiente tenso. 
Pasados unos minutos la misma Susana cambió de tema y no se volvió a mencionar nada al respecto. Claro, es necesario destacar que mi pobre amiga ha experimentado cierta presión por parte de algunas de las novias de los amigos de Igor (su chico), quienes la increpan diciéndole que tendrá que tener niños porque 'se le está el arroz'.
De vuelta a casa, mi amiga me llamó por teléfono para pedirme disculpas por lo ocurrido, y me comentó que su novio le había dicho que no les hiciera caso a sus padres, pues después de todo estaban ansiosos de ser abuelos. ¡Pero que me estás contando!
Ya entrada la noche acostada en mi cama, me puse a pensar en el poder que tienen los estereotipos, en muchas sociedades (incluida la nuestra), si no eres madre, eres una mujer incompleta. Parece que eres el bicho raro de la comarca. Incluso los medios de comunicación han denominado a aquellas mujeres, que no tienen la maternidad como una opción 'generación NoMo' (del inglés Not Mothers). 
En mis habituales ejercicios de gimnasia mental, pienso que todas las mujeres no desarrollan el instinto maternal y eso no quiere decir que no alcancen su plenitud como seres humanos.
La maternidad, como proceso deseado, tiene que ser un proyecto de pareja. Una decisión consensuada, que aporte crecimiento a la futura unidad familiar, donde el niño se sienta deseado y en la que no deben influir los suegros, los amigos o los parientes. 
Estoy segura que mi amiga (que conozco muy bien) está deseosa de ser madre, pero sobre todo en su caso, será cuando las condiciones económicas en está España con un alto nivel de paro mejoren, no para darle lujos a su hijo, sino que tenga lo necesario para crecer, desarrollarse y valerse por sí mismo.