El problema no es amamantar a un niño en el Congreso

La imagen de una parlamentaria amamantando a un bebé en pleno hemiciclo, los piojos que pueda transmitir los churros de un militante de Podemos o que la sesión haya sido distendida, realmente no son los problemas de fondo a los que se enfrenta el nuevo Congreso. La amenaza real, es el no ponerse de acuerdo para alcanzar la investidura de Rajoy o de cualquier candidato potencial a la presidencia de España. Y es que con el pasar de los días nos damos cuenta, de que nos enfrentamos a un escenario político cada vez mas heterogéneo y con suerte al que entre tantos dimes y diretes interpartidos, está por verse si en realidad prima el bienestar del ciudadano común versus las cuotas de poder que se quieren sortear y repartir. A las puertas de tanta novedad, habrá que divagar para proyectar quien será el próximo presidente del gobierno, en que quedará el estado de las autonomías llámese Cataluña y País Vasco y que le deparará a tanto amigo de los dineros públicos, en un país donde el que más roba tiene un mejor estatus social. Que Dios nos agarre confesados, a los mortales que a está hora nos disponemos a degustar un bocadillo como un lujo y placer de la vida.