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miércoles, 20 de junio de 2018

A propósito del documental de Gustavo Tovar Arrollo...



1 hora y casi 34 minutos de horror. Una voz pausada y tenue anuncia recordatorios de a dónde no debimos llegar. Un hilo conductor, el legado de un caudillo salido de las entrañas de Sabaneta, que recalca cada una de sus máximas y conquistas con un hablar golpeado y lleno de odio. Puntos de confluencia a lo largo del documental. Personalidades importantes del mundo político, literario, estudiantil y de defensa de los Derechos Humanos analizando políticas sociales y económicas desde una perspectiva micro y macro. Avisos desde el primer momento de la Crónica de una muerte anunciada. Una interrogante: ¿Qué nos pasó? ¿Cómo entramos en este agujero negro?

Un país que se convirtió en un delincuente en el que de alguna manera todos fuimos copartícipes. Unos por creer en un caudillo militar a caballo, como solución de nuestros males y otros por no haber procesado las señales que siempre estuvieron latentes, que no escuchamos o no quisimos ver para aplicar correctivos. Tal vez nuestro instinto animal primigenio, nos condujo a errar. Pero no es menos cierto, que quienes podían guiar a Venezuela, tomar el timón de este barco que empezaba a estar a la deriva, para que transitara la senda de la moral y las luces no lo hicieron. El daño es casi irreversible. Domar este monstruo de mil cabezas es casi imposible. Sólo una lucha entre los ángeles guerreros blindados de ciudadanía, compromiso, entrega y lucha ininterrumpida física e intelectual, contra estos principados, potestades y huestes de maldad, personificados en una ideología, un color, un partido, libren la batalla final.
El cáncer ha hecho metástasis. Sin embargo, para los familiares cercanos y lejanos de este enfermo terminal, al que muchos lloramos y apreciamos, siempre ha habido y habrá la esperanza de la luz al final del túnel. La moral nacional está desangrada. El hombre nuevo se ha apoderado de muchos venezolanos. Ese ser que no tiene opinión, dominio propio ni personalidad, creado por esta revolución, que amén tienen sus días contados, es tal vez uno de nuestros peores enemigos. La conciencia social es un bien escaso y es necesario reconquistarla, así como la visión de qué queremos ser una vez transitada esta funesta hora.
Muchas críticas y pocas soluciones. Una grieta que nos fractura a todos y que debe comenzar por ser lo común que nos una y nos de el empuje para ser en palabra y obra el gentilicio criollo, con defectos pero también con virtudes que nos caracteriza. El fin de está Venezuelan horror story queda abierto incluso en este documental. ¿Qué haremos? Sabemos cuál es la raíz de este mal y es necesario erradicarla. Esperemos no seguir muriendo en el intento. Ningún sacrificio verdadero pasa en vano y el nuestro que ha costado tantas vidas inocentes, declaro y creo no debería en nombre de la Divina Providencia ser la excepción. Amanecerá y veremos. Este delincuente y enfermo necesitan atención inmediata, no pueden esperar más. Mueren para siempre o son rescatados y renacen de las cenizas cual Ave Fénix. Esperemos que esta última opción sea a la que se incline nuestra balanza, por el bien de los que se quedaron y por nuestra generaciones futuras. Atte.


                                                                                                                                                                   Inmigrante

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